Así como el presidente de una empresa exitosa mantiene todo organizado y funcionando sin problemas, las habilidades para las funciones ejecutivas nos permiten enfocarnos, planear, llevar a cabo tareas, controlar impulsos y manejar emociones. Es un conjunto de habilidades cognitivas con un gran trabajo: ayudarnos a comprender, controlar y usar de forma efectiva e eficiente los constantes flujos de información que circulan por nuestros cerebros.
Las funciones ejecutivas no están presentes al momento de nacer pero los bebés sí nacen con el potencial para adquirirlas. Aunque se terminan de desarrollar en la edad adulta, los expertos coinciden en que las edades comprendidas entre los 0 y los 5 años son un momento decisivo para cimentar sus bases. Estos años en la vida de tu bebé son un terreno fértil porque su cerebro se está formando por las experiencias.
Antes de que exploremos las formas en que puedes fomentar el desarrollo de las funciones ejecutivas en tu bebé, demos una mirada más detallada a lo que son.
Los tres pilares de las funciones ejecutivas
Las funciones ejecutivas incluyen tres tipos de funciones cerebrales que se relacionan entre sí:
- Memoria de trabajo: la habilidad de mantener y usar la información.
- Flexibilidad mental: la habilidad para mantener la atención o cambiar de actividad.
- Autocontrol: la habilidad para establecer prioridades, resistir tentaciones y pensar antes de actuar o de hablar.
Estas tres funciones trabajan conjuntamente para ayudarnos a:
- Iniciar: comenzar tareas y generar ideas.
- Planear: figurar cómo llevar a cabo tareas presentes y futuras.
- Organizar: ubicar objetos de forma funcional en nuestro espacio físico.
- Consciencia y autocontrol: ajustar nuestro comportamiento para que encaje en la situación y entender los efectos de nuestro comportamiento.
- Control emocional: uso racional del pensamiento para controlar las emociones.
Apoyando el desarrollo de las funciones ejecutivas en tu bebé
Sentar las bases para las funciones ejecutivas le dará a tu bebé la mejor oportunidad para su salud mental y física, el establecimiento de relaciones sanas y el éxito escolar y laboral. Hay investigaciones que demuestran que las funciones ejecutivas son mejor indicador del éxito escolar que el Coeficiente Intelectual o el conocimiento de las letras y de los números.
Esto es lo que puedes hacer:
- Crear y mantener una relación confiable y de apoyo con tu bebé
Las interacciones y receptividad constantes y cálidas son distintivo de una infancia sana y preparan a tu bebé para tener éxito en cada aspecto de su vida, incluyendo las funciones ejecutivas. Tu relación con el bebé no solamente ayuda a formar su cerebro sino que además te permite modelar las habilidades de las funciones ejecutivas, como por ejemplo saber comportarse en diferentes situaciones y saber lidiar con el estrés.
- Motivar el juego simbólico
El juego simbólico le ofrece a tu bebé múltiples oportunidades para practicar las funciones ejecutivas en la medida en que organice objetos, planee y termine tareas y explore temas emocionales y de comportamiento.
- Apoyar la independencia apropiada para la edad
Cuando tu bebé esté listo permítele hacer cosas como alimentarse y vestirse solo y ayudar a organizar sus juguetes.
- Jugar juegos
El Centro de Desarrollo Infantil de la Universidad de Harvard sugiere que los siguientes juegos promueven las funciones ejecutivas en bebés de 6 a 18 meses. Puedes encontrar otras actividades divertidas en la sección de desarrollo cognitivo de nuestra aplicación BabySparks.
Juegos de imitación
“A que no me encuentras” o “cabeza, hombros, rodillas y pies” ayudan a fortalecer la memoria de trabajo y el auto control.
Juegos de esconder
Ayudan a ejercitar la memoria de trabajo. Puedes comenzar con versiones simples, como por ejemplo cubriendo un juguete con una manta y dejando que tu bebé lo busque y, paulatinamente les puedes agregar un poco de dificultad.
Juegos de imitación
Mostrarle a tu bebé cómo hacer algo y esperar a que él te copie implica poner atención, usar la memoria de trabajo y autocontrol. Esto comienza con acciones simples cómo mover tu mano para despedirte y se vuelve más complejo en la medida que tu bebé vaya creciendo e imite acciones como ensartar aros en un palo.
Juegos de roles
Al final de este rango de edad puedes motivar a tu bebé para jugar algún juego de roles como barrer el piso o alimentar a un animal de peluche. Este es el comienzo del juego simbólico y ejercita la memoria de trabajo, el autocontrol y la atención selectiva.
Juegos con los dedos
Juegos como “Este dedito compró un huevito” y “Los cinco cerditos” estimulan el autocontrol y la memoria de trabajo.
Conversaciones
Antes de que tu bebé pueda hablar puedes comunicarte contestándole con balbuceos y sonidos, copiando sus expresiones faciales o nombrando los objetos que él señala. Todo esto ejercita su atención, su memoria de trabajo y el autocontrol.
En la medida en que fomentes el desarrollo de las funciones ejecutivas de tu bebé en estos primeros años y después, establecerás las habilidades de aprendizaje y de la vida que le servirán para siempre.